Learning from the Field: Reflections on Community Knowledge Construction
Written by Shirley Peña Ramirez, Student Project Lead. Original Spanish version below.
Developing this research process in partnership with rural communities has allowed me to understand that fieldwork requires, above all, humility. A humility that is not passive, but rather an active willingness to learn, listen, and allow ourselves to be challenged by the realities of others. Often, as professionals or university students, we arrive in the field thinking that our academic knowledge gives us all the answers. However, it soon becomes clear that the knowledge built in the daily lives of communities is indispensable and cannot be replaced.
Working with communities implies breaking with the logic of vertical intervention, where one party "teaches" and the other "learns." This model no longer responds to the complex and diverse realities faced by many populations. True transformation occurs when we manage to establish horizontal relationships, where knowledge is shared and built collectively. In this sense, my experience has reaffirmed the importance of understanding community knowledge as legitimate, necessary, and deeply valuable.
Throughout the project, I have participated in meetings with experts, spoken with ranchers, visited farms, engaged in dialogue with local institutions, and closely observed the daily dynamics of the communities. Each of these spaces has been a learning opportunity. I have realized that sustainable solutions cannot be designed from a desk, but must be based on dialogue, active participation, and recognition of local knowledge.
This process has also involved reviewing my own beliefs and expectations. Sometimes, we arrive in the territories with very structured ideas about what "should be" or what "should be done" in the communities. But by listening carefully, by observing without prejudice, we discover that there are multiple ways of understanding health, rural life, land management, and well-being. From there, the work ceases to be a simple application of technical knowledge and becomes an experience of co-construction.
I gratefully acknowledge everything I've learned along the way, and also all I still have to continue learning. This project has not only strengthened my capabilities as a researcher and health promoter, but has also transformed my perspective on the professional role within social processes. I now understand that supporting communities requires ethical commitment, active listening, and a constant willingness to question our own ways of knowing.
From the university, we have the challenge and opportunity to train socially conscious professionals capable of engaging with community knowledge, working in networks, and promoting truly participatory processes. Only in this way can we contribute to a social transformation that is fair, respectful, and sustainable.
SPANISH ORIGINAL
Aprendizajes desde el territorio: reflexiones sobre la construcción de conocimiento en comunidad
Desarrollar este proceso de investigación en vinculación con comunidades rurales me ha permitido comprender que el trabajo de campo exige, ante todo, humildad. Una humildad que no es pasiva, sino que se encuentra en disposición activa para aprender, escuchar y dejarnos interpelar por las realidades del otro. Muchas veces, como personas profesionales o estudiantes universitarios, llegamos a territorio pensando que nuestro conocimiento académico nos da todas las respuestas. Sin embargo, muy pronto se hace evidente que el conocimiento que se construye en el día a día de las comunidades, es indispensable y no puede ser sustituido.
El abordaje con comunidades implica romper con la lógica de la intervención vertical, donde una parte "enseña" y la otra "aprende". Este modelo ya no responde a las realidades complejas y diversas que enfrentan muchas poblaciones. La verdadera transformación se da cuando logramos establecer relaciones horizontales, donde el conocimiento se comparte y se construye colectivamente. En este sentido, mi experiencia ha reafirmado la importancia de comprender los saberes comunitarios como legítimos, necesarios y profundamente valiosos.
Durante el desarrollo del proyecto, he participado en reuniones con personas expertas, he conversado con ganaderos y ganaderas, visitado fincas, dialogado con instituciones locales y observado de cerca las dinámicas cotidianas de las comunidades. Cada uno de estos espacios ha sido una oportunidad de aprendizaje. He constatado que las soluciones sostenibles no pueden diseñarse desde un escritorio, sino que deben partir del diálogo, la participación activa y el reconocimiento de los saberes locales.
Este proceso también ha implicado revisar mis propias creencias y expectativas. En ocasiones, llegamos a los territorios con ideas muy estructuradas sobre lo que "debería ser" o lo que "se debería hacer" en las comunidades. Pero al escuchar con atención, al observar sin prejuicios, descubrimos que hay múltiples formas de entender la salud, la vida rural, la gestión del territorio y el bienestar. A partir de ahí, el trabajo deja de ser una simple aplicación de conocimientos técnicos y se convierte en una experiencia de construcción conjunta.
Reconozco con gratitud todo lo aprendido en este camino, y también todo lo que me queda por seguir aprendiendo. Este proyecto no solo ha fortalecido mis capacidades como investigadora y promotora de la salud, sino que ha transformado mi manera de ver el rol profesional dentro de los procesos sociales. Entiendo ahora que acompañar comunidades implica compromiso ético, escucha activa y una disposición constante a cuestionar nuestras propias formas de saber.
Desde la universidad, tenemos el desafío y la oportunidad de formar profesionales con conciencia social, capaces de dialogar con el conocimiento comunitario, de trabajar en red, y de promover procesos realmente participativos. Solo así podremos contribuir a una transformación social que sea justa, respetuosa y sostenible.